
Así que, os cuento un poquito la receta de hoy. Se trata de... ¡una receta de cookies! Sí, por fin os puedo traer otra receta de cookies que son blanditas por dentro y crujientes por fuera. Además, son muy fáciles y rápidas de hacer, así que las podréis hacer fácilmente con los niños y pasar un buen rato con ellos, mientras les enseñáis a cocinar.


Vamos que no tenéis excusas para no hacerlas.
Aunque... lo malo de que sean tan rápidas y fáciles es que luego las hace un montón de veces, jaja.
Pero bueno, como me encanta compartir con vosotros estas cosas tan deliciosas... Os animo a que añadáis a la lista de la compra lo siguiente, así esta noche (se supone que es la noche del día que me leáis, no ahora, claro) podáis dejar hecha la masa y podáis sorprender a vuestra familia con un delicioso desayuno.
¡A mí me encantan con mi zumito de naranja!
Corre... apuntala... amasala... hornealas... y... ¡escóndelas!
COOKIES DE PISTACHOS, ARÁNDANOS Y GRANADA
Ingredientes:
- 300 g de harina de arroz
- 300 g de maicena
- 1/4 cucharadita de goma xantana
- 2 cucharaditas de levadura
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 200 g de azúcar moreno
- 200 g de azúcar blanco
- 300 g de mantequilla a Tª ambiente
- 2 huevos
- 100 g de pistachos picados
- 100 g de arándanos rojos secos
- 2 granadas pequeñas

Preparación:
Después de haber pesado y preparado todos los ingredientes. Mezclamos en un bol las harinas con la goma xantana, la levadura y el bicarbonato. Reservamos.
En otro bol, batimos la mantequilla con los 2 tipos de azúcar, hasta que tengamos una masa cremosa y oscurita. Luego, vamos incorporando los huevos uno a uno, hasta que estén bien integrados.




Poco a poco, tamizamos y añadimos la mezcla de las harinas, removiendo a velocidad baja.
Cuando tenemos una masa que se maneja fácilmente, y que está consistente pero blanda, echamos los pistachos un poco machacados (meterlos en una bolsa y darles un poco con el rodillo, quedan genial), los arándanos y las granadas. Lo integramos todo muy bien en la masa.
Dejamos reposar el máximo tiempo posible en la nevera; por lo menos, como mínimo una hora, aunque si lo dejáis toda la noche muchísimo mejor.
Después, vamos haciendo bolitas, con ayuda de una cuchara de helados, y las vamos aplastando con ayuda de un trocito de papel de horno, para que no se nos queden pegadas en las manos.
De esta manera es como mejor quedan, ya que el azúcar y la mantequilla se integran mejor, pero podéis hacerlo más rápido de esta manera.








Horneamos a 180 ºC durante unos 12-15 minutos, según el horno y el grosor que les hayáis dejado.



¡Y a disfrutarlas! Ya veréis que están de rechupete, crujientes por fuera y blanditas por dentro.
Además, podéis congelar las bolitas de masa, y así podréis disfrutar cuando queráis de unas cookies recién hechas, ¿no es una buenísima idea para los desayunos... ? ¡Cookies recién hechas!
Para conservarlas, en la típica caja de galletas o en un recipiente cerrado, se mantienen de maravilla.
"Yo solía mirar a mi perro, Smookey, y pensar, "si fueras un poco más inteligente podrías decirme lo que estás pensando", y él me miraba como si me dijera: "si fueras un poco más inteligente, yo no tendría que hacerlo". Fred Jung Claus.
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